Antes que nada, Rafael Romo ha sido, por más de una década, uno de los arqueros más consistentes de la selección venezolana. Nacido en Turén, debutó profesionalmente con el Llaneros de Guanare, pero fue en el Mineros de Guayana donde comenzó a destacar por su altura imponente y su seguridad aérea.
En 2009, su talento lo llevó al Udinese, de Italia, dando el salto a Europa con apenas 19 años. Sin embargo, su experiencia en el fútbol italiano fue más formativa que protagónica. Pasó por cesiones en Estudiantes de Mérida, Watford, AEL Limassol y Beerschot, alternando titularidades con etapas de adaptación.
Durante su paso por Bélgica, especialmente con el Beerschot, Rafael Romo mostró regularidad y liderazgo. Su rendimiento llamó la atención en la selección venezolana, donde empezó a ganar espacio como arquero de confianza. No obstante, fue en Sudamérica donde encontró su punto de equilibrio.
En 2022, firmó con la Universidad Católica, de Ecuador. En Quito, Rafael Romo no solo se consolidó como titular, sino que también lideró la defensa en torneos internacionales como la Copa Sudamericana. En comparación con sus años en Europa, en Ecuador logró continuidad, protagonismo y estabilidad emocional, factores claves para un arquero experimentado.
Rafael Romo: el pico de su carrera fue en Universidad Católica
Antes que nada, a diferencia de etapas anteriores, en la Universidad Católica Rafael Romo combina experiencia internacional con un nivel competitivo sostenido. Sus reflejos, orden defensivo y capacidad para dirigir desde el arco le devolvieron confianza.
Mientras en Europa fue aprendiz, en Ecuador se convirtió en referente. Su rendimiento estable y su influencia en el vestuario consolidaron su mejor versión. Además, su constancia le permitió mantenerse en el radar de la Vinotinto, incluso frente a generaciones más jóvenes.
A los 34 años, Rafael Romo encarna el modelo del arquero venezolano moderno: paciente, técnico y con experiencia internacional. En la Universidad Católica, Rafael Romo vivió el mejor momento de su carrera. Allí combinó madurez, liderazgo y rendimiento para consolidarse como uno de los porteros más completos del fútbol venezolano.




