El Deportivo Táchira atraviesa un momento crítico en la Copa CONMEBOL Libertadores. El pasado jueves 24 de abril, el conjunto aurinegro visitó al Central Córdoba en suelo argentino y sumó su tercera derrota consecutiva: 2-1, por la tercera jornada del Grupo C. Con este resultado, el equipo tachirense permanece en el fondo de la tabla sin puntos y con serias dificultades para aspirar a los octavos de final.
Obligado a ganar todo: lo que le queda al Táchira
Con este revés, el panorama para los dirigidos por Edgar Pérez Greco se torna cuesta arriba. El Deportivo Táchira solo podría alcanzar un máximo de nueve unidades en el grupo, mientras que Central Córdoba ya acumula siete puntos, LDU de Quito suma cinco y Flamengo, aunque irregular, cuenta con cuatro. Las cuentas son claras: si el conjunto venezolano quiere mantener vivas sus aspiraciones, está obligado a sumar de a tres en todos los partidos restantes.
El Aurinegro deberá jugar como local frente a la Liga Deportiva Universitaria y contra el propio Central Córdoba. Cerrará su participación enfrentando a Flamengo en el mítico Maracaná, un duelo considerado de altísima exigencia. En este contexto, ni siquiera el tercer lugar está asegurado —posición que da acceso al repechaje de la Copa Sudamericana— por lo que cada partido será una final.
La afición tachirense, conocida por su pasión incondicional, aún se aferra a una esperanza. Pero el equipo deberá mostrar una cara muy distinta a la vista hasta ahora en la copa continental. El margen de error se agotó: el Táchira está contra las cuerdas y solo sirve ganar.